Habla

Donde todo es decible por su exclusión, esta obra propone la familiaridad y la memoria (mi propia memoria en relación a una memoria colectiva) como un esfuerzo por reconocer lo ausente como presente. El discurso del sujeto implica siempre un discurso de deseo, un intento por recuperar lo perdido en el lenguaje: madre. El lenguaje manifiesta la presencia de la lengua materna  rescatando su ausencia. El espacio entre el texto y el intervalo de silencio es el foco del deseo incapaz de hablar su anhelo, pero al mismo tiempo evidenciando su presencia.